Te elimine de mis contactos de WhatsApp y te deje de seguir en redes sociales, ya ni siquiera busco tu usuario para ver si algo has actualizado. Pero ayer apareciste en mi sueño;
Estaba en Quito conversando con mi tía R, sobre lo lindo que es conocer LatinoAmerica y mientras ella manejaba por la ruta viva que cruza de Cumbaya a Quito, yo salía flotando por la ventana y ahora flotaba sobre una comuna muy colorida pero aparentemente pobre de C. Al aterrizar no calculé bien y termino sobre mis rodillas.
Mi famila completa se encontraba ahí y estaban preparados para turistear el lugar, mientras caminaban sobre el lodo, se fueron dispersando y sólo quedo mi prima Teresa, quien me llevo al hotel que parecía un hotel fantasma; de madera color conchoevino y los muebles color menta.
Estaba en el baño aseandome y pude escuchar tu voz en el pasillo, habías llegado con el novio de mi prima e íbamos a cenar junto, al salir no te salude, hice como si no te conocía y empezaba conversaciones con quien sea que tenga a lado, no quería hacerte sentir que estar ahí se trataba de tí.
En el auto elaborabas expresiones de afecto que se quedaban a medio camino y todas esas ganas se proyectaban en tus ojos claros y rasgados.
En el restaurante no comimos nada, ya que se demoró mucho el chef y regresamos al hotel a comer.
El lobby/sala estaba repleto de amigos y conocidos. Vieron que llegábamos juntos y murmuraban, te perdiste entre la gente, converso con mi amiga G sobre ti, y a penas me viro estas en el suelo posición fetal entre lazado con una amistad de mi niñez J, a lo Yoko Ono y John Lennon. Me entra una desesperación de proteger y mantener esta versión física tuya y me lanzo a la telaraña de piel.
me impresiono el nivel de bajeza de este impulso animal, te lamo el perfil derecho, para que cualquiera que se
te acerque me huela a mi, como si me petenecieras. Haces lo mismo y luego J te jala y desapareces con él.
Me pego a la ventana y desde donde estoy puedo ver el pórtico, espero que J se retiré y te deje acá conmigo. Trepado en su bicicleta desaparece entre la niebla y el lodo. Le pregunto a mi amiga G, si sigues en el hotel y me dice que te estoy dando la espalda y al vernos corres hacia mi y te reconforto, al abrazarte puedo sentir la tensión de los músculos, el levantamiento de arterias y el peso de tus huesos.
En una cama, sin nada que separe nuesta piel, sólo me agarras de la mano y me das calor en este país frío y desconocido.
56 dias por Gabriela Fabre, instalación.